“Estamos construyendo conocimiento mundial en ciliopatías”, dijo investigadora

“Desde Uruguay aportamos conocimiento a la comunidad científica global”, destacó Irigoín.                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Forencia Irigoín es doctora en química, docente e investigadora del Departamento de Histología y Embriología de la Facultad de Medicina (Udelar) y del Laboratorio de Genética Molecular Humana del Institut Pasteur de Montevideo. Durante su carrera científica trabajó como investigadora en varias áreas vinculadas a la microbiología y bioquímica. Estudió el parásito que produce la hidatidosis y el Trypanosoma cruzi, que produce la enfermedad de Chagas.

Actualmente Irigoín trabaja en biología celular y busca entender el funcionamiento de las células del cuerpo humano. Su línea de investigación específica es el estudio de la denominada “cilia primaria”, una parte de la célula cuyo mal funcionamiento se asocia a diversas enfermedades humanas llamadas “ciliopatías”. La científica explicó que, dentro de las más conocidas, está la poliquistosis renal. También hay otras enfermedades más complejas que, además del riñón, afectan otros órganos.

Las cilias son como una especie de pelitos. De las que más escuchamos es de las que se mueven. Las llamamos cilias móviles. Son, por ejemplo, las que se encuentran en el tracto respiratorio, donde hay muchas cilias por célula, y su movimiento ayuda a eliminar el moco de la vía área. Estas cilias están presentes solamente en algunos tipos de células especializados. Además del respiratorio, están en el tracto genital femenino, y el flagelo del espermatozoide se puede considerar también como una cilia más larga. Pero las que estamos estudiando nosotros son diferentes en cuanto a la función. Se encuentran en casi todas las células del cuerpo y hay una única cilia por célula, cuya función principal es la de permitir que la célula se comunique con el entorno”, detalló Irigoín en SobreCiencia.

Agregó que si bien las patologías asociadas a la cilias móviles son conocidas desde hace mucho tiempo, recién en el año 2013 se empezó a ver que el mal funcionamiento o la ausencia de determinadas proteínas que se encuentran dentro de este otro tipo de cilias primarias también producían enfermedades.

El modelo que utilizan en el Laboratorio de Genética Molecular Humana del Institut Pasteur de Montevideo para la investigación de la cilia primaria es el denominado Síndrome de Bardet-Biedl.

Estamos tratando de estudiar la función de algunas proteínas que están alteradas en esta enfermedad. Es un terreno competitivo. Estamos construyendo conocimiento mundial en el tema. Es un esfuerzo extra desde Uruguay tratar de aportar conocimiento a tiempo a la comunidad científica”, señaló Irigoín.

Con respecto a su experiencia particular como mujer científica, nunca se sintió limitada por su condición de mujer durante su carrera, comentó. Si bien es consciente de que Uruguay no es ajeno a la discriminación en cuanto a la posibilidad de las mujeres de acceder a posiciones de poder, siente que tal vez “todavía no le ha tocado” vivir esa situación. Agregó que, como madre de tres hijos, ha logrado el equilibrio justo para dedicarle tiempo a la familia y a la ciencia.

A veces he tenido que luchar con las expectativas que tiene la sociedad sobre las madres. Yo, teniendo hijos pequeños, me he ido al exterior, claro que con el apoyo de mi marido y de mi familia, pero también teniéndome que poner un poco una carcasa a la opinión de la gente, porque si se va el papá, no se cuestionan esas cosas”, concluyó.

Texto: Alexandra Perrone

Entrevista: Gustavo Villa