Fondo Vaz Ferreira para investigar la tuberculosis, un flagelo muy vigente

En 2016 murieron casi dos millones de personas por tuberculosis.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  El doctor Ari Zeida trabaja en el Laboratorio del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina. En conjunto con Institut Pasteur y la Facultad de Bioquímica y de Ciencias de la UBA de Buenos Aires, busca encontrar un punto débil en la bacteria que ocasiona la tuberculosis.

Zeida dijo a SobreCiencia que según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un tercio de la población mundial está infectada con tuberculosis, pero en la mayoría de los casos la enfermedad no se desarrolla. Actualmente, las poblaciones de riesgo de esta enfermedad son aquellas personas que viven con cierto hacinamiento, como las poblaciones carcelarias y las que están inmunosuprimidas, como los pacientes VIH positivo.

Si uno mira los números hoy en día, vemos que sigue siendo un flagelo muy importante, remarcó el especialista.
-“Lo que hace que se desarrolle o no la enfermedad tiene que ver con el mecanismo de cómo la micobacteria puede mantenerse en nuestro cuerpo en un estado de latencia, sin que el sistema inmune pueda acabar con la infección y terminar con la carga bacteriana. Es llamativo que aunque es una enfermedad que está presente hace muchísimos años y se conoce mucho, sigue planteando desafíos, tanto desde el punto de vista de salud pública como de los investigadores”- expresó.

La tarea que desarrolla Zeida en su laboratorio y en conjunto con el Institut Pasteur y la UBA de Argentina, que cuenta con el apoyo del Fondo Vaz Ferreira, es específicamente la estructura dinámica y función de la enzima metionina sulfóxido reductasa B de Mycobacterium turberculosis.

Para explicar esta investigación, el científico utilizó un lenguaje cinematográfico: “Cuando tenemos una infección con este tipo de bacterias, en este caso micobacterias, la célula más importante de nuestro sistema inmune encargada de procesar esa invasión, es una célula que se llama macrófagos, que fagocitan esa bacteria, y ahí adentro se desarrolla una verdadera guerra química. El macrófago bombardea con un montón de especies oxidantes, con el objetivo de dañar a distintas biomoléculas de la bacteria para matarla. Entonces nosotros estamos trabajando con algunos de estos sistemas que le permiten a la micobacteria aguantar esa guerra. Si tuviéramos que filmar una película de esa guerra, sería muy difícil porque se dan muchas batallas a la misma vez, y sería una guerra muy larga, porque como te dije, puede durar años. Entonces lo que hacemos en el laboratorio, y siguiendo con el ejemplo cinematográfico, es ir disecando cada una de las batallas para entenderlas mejor”, detalló.

El experto agregó que esas “batallas” tienen dos etapas: una cuando los “ejércitos” de nuestros macrófagos bombardean químicamente a la bacteria y esta trata de “desactivar esas bombas” utilizando algunos elementos, que en general son proteínas; y la otra es cuando otros elementos de la bacteria logran reparar el daño recibido por ese “bombardeo químico”.

Esta proteína que estamos estudiando en profundidad y es el leitmotiv de este proyecto, es una de esas, del ejército de reparación. Lo que hace es que después de que algunas de sus biomoléculas se oxidan, esta proteína es capaz de ir y reparar ese daño, que podría ser muy malo a la larga para la bacteria.

En nuestro laboratorio estamos interesados en encontrar algún punto débil, algún punto donde podamos encontrar también diferencias entre los sistemas de nuestro cuerpo y de la micobacteria”, dijo.

Consultado sobre si la bacteria de la tuberculosis ha mutado en el tiempo o si siempre se mantuvo ahí y la ciencia aún no pudo encontrar la forma de erradicarla, Zeida respondió que ocurre un poco de las dos cosas. Agregó que nuestro país sigue manteniendo una tasa de nuevas apariciones de tuberculosis considerada estable, lo que dificulta la prevención. Sin embargo destacó la mejora en la tasa de mortalidad, lo que significa que los tratamientos son muy efectivos.

Sin embargo explicó que en determinados lugares en los que la tuberculosis tiene más incidencia, están apareciendo cepas resistentes a los antibióticos que se usan hoy en día en el tratamiento estándar de la enfermedad. El tratamiento estándar se compone actualmente de cuatro fármacos.

Nuestro objetivo, si volvemos a los términos cinematográficos, es tratar de producir una película microscópica de este sistema, dónde los actores sean los átomos de esta proteína, y tratar de entender cómo se mueven, cómo navegan por adentro de la bacteria, cómo reconocen este daño oxidativo y cómo es capaz de llevar adelante su función. Para eso tenemos que aplicar algunas técnicas experimentales, que algunas las hacemos en el laboratorio del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina, con el Institut Pasteur, y en la Facultad de Bioquímica y de Ciencias de la UBA de Buenos Aires. También utilizamos técnicas de simulación computacional. Este tipo de proyecto es muy interdisciplinario”, concluyó.

Texto: Alexandra Perrone

Entrevista: Gustavo Villa

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