Proyecto entre Uruguay y Canadá estudia plantas nativas para potenciar vacunas

Trabajos científicos del Instituto de Higiene de la Udelar y del Centro de Investigación CHU de Québec, Canadá.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Los doctores Mariana Baz y Fernando Silveira forman parte de un proyecto de investigación financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), que consiste en el estudio sobre nuevos adyuvantes basados en saponinas extraídas de la planta nativa denominada quillaja brasiliensis.

Mariana Baz, profesora adjunta en la Université Laval (UL) en la ciudad de Quebec, y Fernando Silveira, del Departamento de Desarrollo Biotecnológico del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina de la Udelar, tienen vasta experiencia en investigación de virus y desarrollo de vacunas.

Ambos científicos explicaron en Sobreciencia por qué es importante vacunarse contra la gripe, una enfermedad causada por el virus de la influenza, que ocasiona cerca de seiscientas mil muertes anuales en todo el mundo.

Baz señaló que si bien la gripe puede tener los mismos síntomas de los resfríos comunes, es una enfermedad mucho más grave y solo se puede prevenir con la vacuna.

La experta detalló cómo se trabaja a nivel mundial para determinar qué tipo de virus de influenza tiene mayor circulación para luego decidir qué cepas van a ser introducidas en la vacuna. Explicó que las muestras son recaudadas por el Centro de Prevención y Control de Infecciones que tiene cinco sedes en todo el mundo y recibe muestras de todos los países.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace dos reuniones anuales, una para el hemisferio sur, que se da normalmente en setiembre para confeccionar la vacuna del siguiente año, y otra en febrero, para el hemisferio norte. Allí se dan recomendaciones y se deciden las cepas que van a ser introducidas en la vacuna. Para producir la vacuna necesitamos seis meses con la tecnología que tenemos hoy en día. Eso es lo mejor que podemos hacer. Hoy en día la metodología que utilizamos es esta y funciona”, comentó.

Con respecto al proyecto conjunto entre Canadá y Uruguay, Silveira contó que hace más de diez años que trabaja con productos naturales de plantas con potencial adyuvante, o sea, con componentes que ayuden a potenciar la eficacia de la vacuna.

La idea es formular estos productos, que son de la región, porque estos árboles están en Argentina y Brasil. Entonces la idea es formular esos compuestos con la mayor diversidad de virus o patógenos posibles. Nosotros trabajamos con saponinas, que son como cuando uno toma el mate. Esa espumita, esos son saponinas, son moléculas que producen espuma como una especie de defensa. Y eso es lo que le extraemos a la planta para probarlo ahora, en vacunas”, repasó.

Si bien hay mucho desarrollo en el tema adyuvantes, muy pocos han sido licenciados al uso en humanos. Para que sea homologado, pasan por un procesamiento de chequeo a todo nivel, por eso la población debe sentirse segura de que una cantidad de profesionales hemos invertido años de investigación en eso para poder dárselo y nadie debería de dudar de eso”, subrayó.

Por último, Baz agregó que este proyecto es por dos años y señaló que están trabajando en la producción de este adyuvante, para luego realizar algún estudio preliminar en ratones aquí en Uruguay y culminar el proyecto en Quebec.

Lo otro que tenemos es que yo en Quebec trabajo con modelos de hurones. Es el modelo más efectivo para la infección de virus de la gripe, porque el tracto respiratorio de los hurones se parece muchísimo al tracto respiratorio humano”, concluyó.

Texto: Alexandra Perrone

Entrevista: Gustavo Villa